Os presento un dossier de la Federación Asperger España, sobre el Síndrome de Asperger:
Decálogo: qué hacer con un alumno que tiene síndrome de asperger en clase
1. Todos los profesores deben aceptar el diagnóstico.
2. Los profesores deben informarse de lo que es el Síndrome de Asperger. No es una disminución psíquica, sino un trastorno neurológico sin retraso mental.
3. Deben saber que la madre es la mejor fuente de información del comportamiento del niño.
4. Hay que proteger al niño antes, durante y después de la clase. Sobre todo en el recreo, porque es el blanco natural de burlas, acoso y agresiones físicas.
5. El alumno no recibe los mensajes que van dirigidos a toda la clase. Es necesario repetir el mensaje a él personalmente.
6. Su escritura suele ser ilegible. Facilitarle un modo alternativo con ordenador.
7. Su comprensión del mundo que le rodea es literal. Evitar frases ambiguas o metafóricas. Si en clase sus respuestas son demasiado cortas puede deberse a su posible interpretación literal de la pregunta.
8. Es difícil que estos niños mientan o que actúen con doblez alguna. Por lo tanto, te puedes fiar de él. De la misma manera, los otros niños se aprovechan fácilmente de su inocencia.
9. Su edad emocional es de casi 2/3 de su edad cronológica. No hay que sorprenderse de un comportamiento inmaduro.
10. Todos sus actos serán más lentos que los de los demás. Hay cosas sencillas que él será incapaz de realizar: atarse los zapatos, trazar una línea recta con regla, etc. No hay que meterle prisa ni insistir en que haga lo imposible.
El sindrome
a) Definición
El síndrome de Asperger (AS) es un trastorno severo del desarrollo, considerado como un trastorno neuro-biológico en el cual existen desviaciones o anormalidades en los siguientes aspectos del desarrollo:
* Conexiones y habilidades sociales
* Uso del lenguaje con fines comunicativos
* Características de comportamiento relacionados con rasgos repetitivos o perseverantes
* Una limitada gama de intereses
* En la mayoría de los casos torpeza motora
Los niños con este diagnóstico tienen severas y crónicas incapacidades en lo social, conductual y comunicacional. Cada niño no es igual, pero algunas de las características pueden ser:
-Socialmente torpe y difícil de manejar en su relación con otros niños y/o adultos Ingenuo y crédulo
-A menudo sin conciencia de los sentimientos e intenciones de otros
-Con grandes dificultades para llevar y mantener el ritmo normal de una conversación Se altera fácilmente por cambios en rutinas y transiciones
-Literal en lenguaje y comprensión
-Muy sensible a sonidos fuertes, colores, luces, olores o sabores
-Fijación en un tema u objeto del que pueden llegar a ser auténticos expertos
-Físicamente torpe en deportes
-Incapacidad para hacer o mantener amigos de su misma edad
Estos niños pueden tener:
-Memoria inusual para detalles
-Problemas de sueño o de alimentación
-Problemas para comprender cosas que han oído o leído
-Patrones de lenguaje poco usuales (observaciones objetivas y/o relevantes)
-Hablar en forma extraña o pomposa Voz muy alta, o monótona
-Tendencia a balancearse, inquietarse o caminar mientras se concentran
El síndrome de Asperger es un trastorno muy frecuente (de 3 a 7 por cada 1000 nacidos vivos) que tiene mayor incidencia en niños que niñas.
Ha sido recientemente reconocido por la comunidad científica (Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos Mentales en su cuarta edición en 1994 de la Asociación Psiquiátrica Americana [DSM-4: Diagnostic and Statistical Manual]), siendo, pues aún poco conocido entre la población general e incluso por muchos profesionales.
La persona que lo presenta tiene un aspecto e inteligencia normal, frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas, pero tiene problemas para relacionarse con los demás y presentan comportamientos inadecuados.
La persona Asperger presenta un estilo cognitivo distinto. Su pensamiento es lógico, concreto e hiperrealista. Su discapacidad no es evidente, sólo se manifiesta al nivel de comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas en todos los ámbitos.
b) Definición sintética del síndrome de Asperger según Angel Rivière.
Trastorno cualitativo de la relación:
Incapacidad de relacionarse con iguales. Falta de sensibilidad a las señales sociales. Alteraciones de las pautas de relación expresiva no verbal. Falta de reciprocidad emocional. Limitación importante en la capacidad de adaptar las conductas sociales a los contextos de relación. Dificultades para comprender intenciones ajenas y especialmente “dobles intenciones”.
Inflexibilidad mental y comportamental:
Interés absorbente y excesivo por ciertos contenidos. Rituales. Actitudes perfeccionistas extremas que dan lugar a gran lentitud en la ejecución de tareas. Preocupación por “partes” de objetos, acciones, situaciones o tareas, con dificultad para detectar las totalidades coherentes.
Problemas de habla y lenguaje:
Retraso en la adquisición del lenguaje, con anomalías en la forma de adquirirlo. Empleo de lenguaje pedante, formalmente excesivo, inexpresivo, con alteraciones prosódicas y características extrañas del tono, ritmo, modulación, etc. Dificultades para interpretar enunciados literales o con doble sentido. Problemas para saber “de qué conversar” con otras personas. Dificultades para producir emisiones relevantes a las situaciones y los estados mentales de los interlocutores.
Alteraciones de la expresión emocional y motora:
Limitaciones y anomalías en el uso de gestos. Falta de correspondencia entre gestos expresivos y sus referentes. Expresión corporal desmañada. Torpeza motora en exámenes neuropsicológicos.
Capacidad normal de “inteligencia impersonal”:
Frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas.
c) Rasgos clínicos de la “psicopatía autística" según Hans Asperger
El trastorno comienza a manifestarse alrededor del tercer año de vida del niño o, en ocasiones, a una edad más avanzada.
El desarrollo lingüístico del niño (gramática y sintaxis) es adecuado y con frecuencia avanzado.
Existen deficiencias graves con respecto a la comunicación pragmática o uso social del lenguaje .
A menudo se observa un retraso en el desarrollo motor y una torpeza en la coordinación motriz.
Trastorno de la interacción social: incapacidad para la reciprocidad social y emocional.
Trastorno de la comunicación no verbal.
Desarrollo de comportamientos repetitivos e intereses obsesivos de naturaleza idiosincrásica.
Desarrollo de estrategias cognitivas sofisticadas y pensamientos originales.
Pronóstico positivo con posibilidades altas de integración en la sociedad.
d) Características del síndrome de Asperger, según Lorna Wing
Algunas de las anomalías comienzan a manifestarse en el primer año de la vida del niño.
El desarrollo del lenguaje es adecuado, aunque en algunos individuos puede existir un retraso inicial moderado.
El estilo de comunicación del niño tiende a ser pedante, literal y estereotipado.
El niño presenta un trastorno de la comunicación no verbal.
El niño presenta un trastorno grave de la interacción social recíproca con una capacidad disminuida para la expresión de empatía.
Los patrones de comportamiento son repetitivos y existe una resistencia al cambio.
El juego del niño puede alcanzar el estadio simbólico, pero es repetitivo y poco social.
Se observa un desarrollo intenso de intereses restringidos.
El desarrollo motor grueso y fino puede manifestarse retrasado y existen dificultades en el área de la coordinación motora.
El diagnóstico de autismo no excluye el diagnóstico de síndrome de Asperger.
e) Un Relato Significativo...
Como cada mañana, Javier desayunaba un tazón de leche con sus cereales favoritos, mostrándose ajeno a los horarios que rigen la dinámica familia. A pesar de tener siete años, su madre tenía que ayudarle a vestirse y como en tantas otras ocasiones, ese día tampoco pudo ponerle la ropa nueva que le habían regalado sus abuelos.
Su madre tenía que lavar toda la ropa nueva con un determinado suavizante para que Javier aceptase estrenar algo.
Cada día Javier se levantaba angustiado preguntando por el día concreto de la semana, el mes y el número. Todas las mañanas preguntaba lo mismo y a continuación necesitaba saber si ese día tenía que ir o no al colegio.
A pesar de que Javier comenzó a hablar algo más tarde que otros niños, ahora no paraba de hablar. Su lenguaje era muy correcto aunque siempre solía hablar de su tema preferido, los dinosaurios, y era muy difícil cambiar el tema de conversación. Resultaba complicado que Javier utilizase su excelente lenguaje para compartir con su familia las cosas que le ocurrían en el colegio o las cosas que le preocupaban. Parecía no sentir la necesidad de compartir experiencias o sentimientos con la gente que le rodeaba.
Era un niño muy inteligente, aprendió a leer solo y le encantaba leer libros de dinosaurios. No le interesaban los juegos típicos de los niños de su edad y pasaba la mayor parte de su tiempo desmontando juguetes electrónicos y volviéndolos a montar. No parecía estar interesado por jugar con aquellas máquinas sino que le fascinaba conocer cómo estaban hechas y cuál era el mecanismo que las hacía funcionar. Cuando lo averiguaba, colocaba el juguete en su estantería y no volvía a tocarlo. Tampoco dejaba que su hermano pequeño tocase ninguno de sus juguetes. Tenía un mundo muy personal y resultaba difícil que lo compartiera con otros niños.
En el colegio su profesora ya había mostrado preocupación por Javier. A pesar de su inteligencia, no tenía ningún interés por las tareas escolares y su rendimiento académico no era el esperado. En el patio siempre estaba solo y cuando ocasionalmente intentaba incorporarse al juego de sus compañeros, su manera de actuar era tan “torpe" e ingenua que provocaba risas y burlas por parte de los otros niños.
Aunque Javier no era un niño agresivo, en algunas situaciones mostraba fuertes rabietas y conductas inadecuadas como tirar objetos o gritar.
Especialmente difícil era la clase de Educación Física, en la que Javier mostraba altos niveles de ansiedad, dificultad para seguir las normas y escasa comprensión de las reglas básicas que rigen los juegos y deportes de equipo. Si se le forzaba a participar en estas actividades, sistemáticamente aparecían fuertes enfados y marcado oposicionismo.
Aunque los padres de Javier ya le describían como un niño peculiar antes de cumplir los 4 años, no empezaron a alarmarse hasta el momento en que el niño se incorporó al colegio. Las grandes dificultades para relacionarse con los compañeros, los problemas atencionales dentro del aula y el bajo rendimiento escolar fueron, entre otros, los motivos que impulsaron a los padres a buscar ayuda.
Después de varias consultas a distintos profesionales del ámbito de la educación, la medicina y la psicología, y tras recibir diagnósticos tan dispares como déficit de atención e hiperactividad, o trastorno emocional y de conducta, finalmente informaron a la familia de que Javier presentaba Síndrome de Asperger.
Sin embargo no hay pensar que todos los niños con síndrome de Asperger son iguales o que todos se parecen mucho entre sí:
S. acaba de cumplir siete años, es extrovertido, hablador, autoritario y muy impulsivo; le gusta ir al parque, donde juega en solitario con sus soldados.
C. tiene 10 años, es introvertido, cauteloso, meticuloso y excesivamente ordenado. No le gusta jugar con otros niños o entretenerse con juguetes y dedica todo su tiempo a la lectura de libros científicos y a ver documentales.
E. tiene 12 años, es tímida, fantasiosa, olvidadiza y definitivamente muy desorganizada. No le gusta ir al colegio, por lo que se queja constantemente de dolores de cabeza. Colecciona minerales que ordena en la estantería de su habitación de forma sistemática, no soporta el bullicio, no come ni se pone nada de color rojo, no tiene amigas en su clase y ninguna de sus compañeras la invita a sus fiestas de cumpleaños.
Aunque cada uno muestra su propia personalidad bien definida y distinta, es posible encontrar en todos ellos características comunes del síndrome que evocan aquellas que Hans Asperger destacó en su observación de un grupo de niños. El artículo de Asperger sobre la “psicopatía autística", escrito en alemán, pasó desapercibido hasta que Lorna Wing, una psiquiatra británica, recuperó en 1981 el trabajo de Asperger e hizo una revisión del mismo aportando datos propios de su investigación.
¿Seguro que no conoces a ningún joven o adulto como los que te hemos contado?
El síndrome de Asperger (AS) es un trastorno severo del desarrollo, considerado como un trastorno neuro-biológico en el cual existen desviaciones o anormalidades en los siguientes aspectos del desarrollo:
* Conexiones y habilidades sociales
* Uso del lenguaje con fines comunicativos
* Características de comportamiento relacionados con rasgos repetitivos o perseverantes
* Una limitada gama de intereses
* En la mayoría de los casos torpeza motora
Los niños con este diagnóstico tienen severas y crónicas incapacidades en lo social, conductual y comunicacional. Cada niño no es igual, pero algunas de las características pueden ser:
-Socialmente torpe y difícil de manejar en su relación con otros niños y/o adultos Ingenuo y crédulo
-A menudo sin conciencia de los sentimientos e intenciones de otros
-Con grandes dificultades para llevar y mantener el ritmo normal de una conversación Se altera fácilmente por cambios en rutinas y transiciones
-Literal en lenguaje y comprensión
-Muy sensible a sonidos fuertes, colores, luces, olores o sabores
-Fijación en un tema u objeto del que pueden llegar a ser auténticos expertos
-Físicamente torpe en deportes
-Incapacidad para hacer o mantener amigos de su misma edad
Estos niños pueden tener:
-Memoria inusual para detalles
-Problemas de sueño o de alimentación
-Problemas para comprender cosas que han oído o leído
-Patrones de lenguaje poco usuales (observaciones objetivas y/o relevantes)
-Hablar en forma extraña o pomposa Voz muy alta, o monótona
-Tendencia a balancearse, inquietarse o caminar mientras se concentran
El síndrome de Asperger es un trastorno muy frecuente (de 3 a 7 por cada 1000 nacidos vivos) que tiene mayor incidencia en niños que niñas.
Ha sido recientemente reconocido por la comunidad científica (Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos Mentales en su cuarta edición en 1994 de la Asociación Psiquiátrica Americana [DSM-4: Diagnostic and Statistical Manual]), siendo, pues aún poco conocido entre la población general e incluso por muchos profesionales.
La persona que lo presenta tiene un aspecto e inteligencia normal, frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas, pero tiene problemas para relacionarse con los demás y presentan comportamientos inadecuados.
La persona Asperger presenta un estilo cognitivo distinto. Su pensamiento es lógico, concreto e hiperrealista. Su discapacidad no es evidente, sólo se manifiesta al nivel de comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas en todos los ámbitos.
b) Definición sintética del síndrome de Asperger según Angel Rivière.
Trastorno cualitativo de la relación:
Incapacidad de relacionarse con iguales. Falta de sensibilidad a las señales sociales. Alteraciones de las pautas de relación expresiva no verbal. Falta de reciprocidad emocional. Limitación importante en la capacidad de adaptar las conductas sociales a los contextos de relación. Dificultades para comprender intenciones ajenas y especialmente “dobles intenciones”.
Inflexibilidad mental y comportamental:
Interés absorbente y excesivo por ciertos contenidos. Rituales. Actitudes perfeccionistas extremas que dan lugar a gran lentitud en la ejecución de tareas. Preocupación por “partes” de objetos, acciones, situaciones o tareas, con dificultad para detectar las totalidades coherentes.
Problemas de habla y lenguaje:
Retraso en la adquisición del lenguaje, con anomalías en la forma de adquirirlo. Empleo de lenguaje pedante, formalmente excesivo, inexpresivo, con alteraciones prosódicas y características extrañas del tono, ritmo, modulación, etc. Dificultades para interpretar enunciados literales o con doble sentido. Problemas para saber “de qué conversar” con otras personas. Dificultades para producir emisiones relevantes a las situaciones y los estados mentales de los interlocutores.
Alteraciones de la expresión emocional y motora:
Limitaciones y anomalías en el uso de gestos. Falta de correspondencia entre gestos expresivos y sus referentes. Expresión corporal desmañada. Torpeza motora en exámenes neuropsicológicos.
Capacidad normal de “inteligencia impersonal”:
Frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas.
c) Rasgos clínicos de la “psicopatía autística" según Hans Asperger
El trastorno comienza a manifestarse alrededor del tercer año de vida del niño o, en ocasiones, a una edad más avanzada.
El desarrollo lingüístico del niño (gramática y sintaxis) es adecuado y con frecuencia avanzado.
Existen deficiencias graves con respecto a la comunicación pragmática o uso social del lenguaje .
A menudo se observa un retraso en el desarrollo motor y una torpeza en la coordinación motriz.
Trastorno de la interacción social: incapacidad para la reciprocidad social y emocional.
Trastorno de la comunicación no verbal.
Desarrollo de comportamientos repetitivos e intereses obsesivos de naturaleza idiosincrásica.
Desarrollo de estrategias cognitivas sofisticadas y pensamientos originales.
Pronóstico positivo con posibilidades altas de integración en la sociedad.
d) Características del síndrome de Asperger, según Lorna Wing
Algunas de las anomalías comienzan a manifestarse en el primer año de la vida del niño.
El desarrollo del lenguaje es adecuado, aunque en algunos individuos puede existir un retraso inicial moderado.
El estilo de comunicación del niño tiende a ser pedante, literal y estereotipado.
El niño presenta un trastorno de la comunicación no verbal.
El niño presenta un trastorno grave de la interacción social recíproca con una capacidad disminuida para la expresión de empatía.
Los patrones de comportamiento son repetitivos y existe una resistencia al cambio.
El juego del niño puede alcanzar el estadio simbólico, pero es repetitivo y poco social.
Se observa un desarrollo intenso de intereses restringidos.
El desarrollo motor grueso y fino puede manifestarse retrasado y existen dificultades en el área de la coordinación motora.
El diagnóstico de autismo no excluye el diagnóstico de síndrome de Asperger.
e) Un Relato Significativo...
Como cada mañana, Javier desayunaba un tazón de leche con sus cereales favoritos, mostrándose ajeno a los horarios que rigen la dinámica familia. A pesar de tener siete años, su madre tenía que ayudarle a vestirse y como en tantas otras ocasiones, ese día tampoco pudo ponerle la ropa nueva que le habían regalado sus abuelos.
Su madre tenía que lavar toda la ropa nueva con un determinado suavizante para que Javier aceptase estrenar algo.
Cada día Javier se levantaba angustiado preguntando por el día concreto de la semana, el mes y el número. Todas las mañanas preguntaba lo mismo y a continuación necesitaba saber si ese día tenía que ir o no al colegio.
A pesar de que Javier comenzó a hablar algo más tarde que otros niños, ahora no paraba de hablar. Su lenguaje era muy correcto aunque siempre solía hablar de su tema preferido, los dinosaurios, y era muy difícil cambiar el tema de conversación. Resultaba complicado que Javier utilizase su excelente lenguaje para compartir con su familia las cosas que le ocurrían en el colegio o las cosas que le preocupaban. Parecía no sentir la necesidad de compartir experiencias o sentimientos con la gente que le rodeaba.
Era un niño muy inteligente, aprendió a leer solo y le encantaba leer libros de dinosaurios. No le interesaban los juegos típicos de los niños de su edad y pasaba la mayor parte de su tiempo desmontando juguetes electrónicos y volviéndolos a montar. No parecía estar interesado por jugar con aquellas máquinas sino que le fascinaba conocer cómo estaban hechas y cuál era el mecanismo que las hacía funcionar. Cuando lo averiguaba, colocaba el juguete en su estantería y no volvía a tocarlo. Tampoco dejaba que su hermano pequeño tocase ninguno de sus juguetes. Tenía un mundo muy personal y resultaba difícil que lo compartiera con otros niños.
En el colegio su profesora ya había mostrado preocupación por Javier. A pesar de su inteligencia, no tenía ningún interés por las tareas escolares y su rendimiento académico no era el esperado. En el patio siempre estaba solo y cuando ocasionalmente intentaba incorporarse al juego de sus compañeros, su manera de actuar era tan “torpe" e ingenua que provocaba risas y burlas por parte de los otros niños.
Aunque Javier no era un niño agresivo, en algunas situaciones mostraba fuertes rabietas y conductas inadecuadas como tirar objetos o gritar.
Especialmente difícil era la clase de Educación Física, en la que Javier mostraba altos niveles de ansiedad, dificultad para seguir las normas y escasa comprensión de las reglas básicas que rigen los juegos y deportes de equipo. Si se le forzaba a participar en estas actividades, sistemáticamente aparecían fuertes enfados y marcado oposicionismo.
Aunque los padres de Javier ya le describían como un niño peculiar antes de cumplir los 4 años, no empezaron a alarmarse hasta el momento en que el niño se incorporó al colegio. Las grandes dificultades para relacionarse con los compañeros, los problemas atencionales dentro del aula y el bajo rendimiento escolar fueron, entre otros, los motivos que impulsaron a los padres a buscar ayuda.
Después de varias consultas a distintos profesionales del ámbito de la educación, la medicina y la psicología, y tras recibir diagnósticos tan dispares como déficit de atención e hiperactividad, o trastorno emocional y de conducta, finalmente informaron a la familia de que Javier presentaba Síndrome de Asperger.
Sin embargo no hay pensar que todos los niños con síndrome de Asperger son iguales o que todos se parecen mucho entre sí:
S. acaba de cumplir siete años, es extrovertido, hablador, autoritario y muy impulsivo; le gusta ir al parque, donde juega en solitario con sus soldados.
C. tiene 10 años, es introvertido, cauteloso, meticuloso y excesivamente ordenado. No le gusta jugar con otros niños o entretenerse con juguetes y dedica todo su tiempo a la lectura de libros científicos y a ver documentales.
E. tiene 12 años, es tímida, fantasiosa, olvidadiza y definitivamente muy desorganizada. No le gusta ir al colegio, por lo que se queja constantemente de dolores de cabeza. Colecciona minerales que ordena en la estantería de su habitación de forma sistemática, no soporta el bullicio, no come ni se pone nada de color rojo, no tiene amigas en su clase y ninguna de sus compañeras la invita a sus fiestas de cumpleaños.
Aunque cada uno muestra su propia personalidad bien definida y distinta, es posible encontrar en todos ellos características comunes del síndrome que evocan aquellas que Hans Asperger destacó en su observación de un grupo de niños. El artículo de Asperger sobre la “psicopatía autística", escrito en alemán, pasó desapercibido hasta que Lorna Wing, una psiquiatra británica, recuperó en 1981 el trabajo de Asperger e hizo una revisión del mismo aportando datos propios de su investigación.
¿Seguro que no conoces a ningún joven o adulto como los que te hemos contado?
El alumno con sindrome de aspergen en la escuela primaria
Marta Maristany, Servicio de Neurología,
Hospital Sant Joan de Deu, Barcelona.
1.- Introducción
En 1944 el
pediatra vienés Hans Asperger publicó un artículo en el que describió a un grupo
de 4 chicos que presentaban las siguientes características: dificultades en la
comunicación no verbal, expresión verbal peculiar, adaptación social pobre,
intereses específicos, intelectualización
del afecto, torpeza motriz y problemas de conducta. Situó la aparición
de los síntomas entre los 2/3 años de edad y observó mayor proporción de
varones que de mujeres. A este conjunto de síntomas le puso el nombre de
“Psicopatía autista en la infancia/trastorno de la personalidad”
Por razones
anecdóticas, este artículo permaneció ignorado durante 40 años hasta que en 1981 Lorna Wing hizo una
descripción de 34 casos cuyas características eran similares a las descritas
por el médico vienés y acuñó el término Síndrome de Asperger.
Actualmente el
Síndrome de Asperger forma parte, junto al Trastorno autista, el Síndrome de
Rett y el Síndrome desintegrativo de la niñez, de la entidad diagnóstica
recogida en el DSM-IV como Trastornos Generalizados del Desarrollo.
Algunos autores
consideran más adecuado ubicarlo en la franja superior del “Espectro autista”
como opuesto a los casos de autismo grave que forman la franja inferior de este
continuum.
A pesar de las
muchas investigaciones que se están llevando a cabo, no existen aún criterios
uniformes sobre las posibles causas de este síndrome pero la mayoría de
hipótesis sugieren un origen genético y no se duda de su base orgánica.
Estudios
recientes sitúan la prevalencia de este síndrome en 3 –5 por 1000. La
proporción descrita de varones –
mujeres es de 4:1. Esta proporción posiblemente cambiará cuando las
características que presentan las mujeres estén mejor definidas.
En este escrito
hacemos referencia únicamente a los varones por dos razones: a) por una razón
práctica, b) por la menor frecuencia y peor conocimiento de los síntomas en las
mujeres, que comentamos en la página 16.
Es posible que
algunos niños considerados
superdotados, o con déficit de atención y/o hiperactivos, o con la
etiqueta de un trastorno emocional, o clasificados como pacientes con
un trastorno
obsesivo compulsivo, o con “rasgos autistas” ,o diagnosticados de algún
trastorno de lenguaje tengan en
realidad el Síndrome de Asperger.
.
2.- Criterios diagnósticos
El Síndrome de
Asperger es de relativamente reciente descripción por lo que no existe un
acuerdo generalizado sobre sus criterios diagnósticos. Pensamos que los
descritos por Gillberg en 1991 son los que, en este momento, mejor reflejan la
realidad de estos niños:
- Graves impedimentos para la interacción social recíproca manifestada al menos por dos de los siguientes puntos
-
imposibilidad
para interaccionar normal y recíprocamente con sus
compañeros.
-
falta de
interés en interaccionar con sus compañeros.
-
no
apreciación de las normas sociales
-
conducta
social y emocional inapropiadas
- Intereses restringidos manifestados por, al menos, uno de los siguientes puntos
-
exclusión de
otras actividades (por estar absorbido obsesivamente en su foco de interés)
-
tendencia a
la repetición
-
más mecánica
que sentido.( debido a su buena memoria
pueden repetir acciones o discursos de forma mecánica ) pero
frecuentemente sin comprender el
significado)
- Imposición de intereses y rutinas manifestados por al menos uno de los siguientes puntos
-
imposición
en su propia vida cotidiana
-
imposición
en los demás
- Problemas del habla y del lenguaje manifestados por tres de los siguientes puntos
-
retraso en
el desarrollo del lenguaje
-
lenguaje
expresivo superficialmente perfecto
-
lenguaje
pedante
-
alteraciones
en la melodía y en el tono de voz
-
dificultades
de comprensión que incluyen interpretación literal
- Dificultades en la comunicación no verbal manifestadas por al menos uno de los siguientes puntos
-
utilización
limitada de gestos
-
lenguaje
corporal torpe
-
expresión
facial limitada
-
expresión
inapropiada (no coherente con el contexto)
-
mirada
peculiar
- En los exámenes neurológicos de su desarrollo se observa torpeza motriz.
La complejidad
del Síndrome de Asperger unida a la no existencia en la actualidad de
marcadores biológicos que lo identifiquen, a las diferencias en la intensidad
de expresión de
los síntomas en
cada paciente y a la coexistencia con
otros trastornos hacen que su diagnóstico sea muchas veces difícil.
No siempre es
posible hacer el diagnóstico cuando el niño tiene menos de 4 o 5 años. Ante la sospecha
es preciso consultar con un profesional especializado porque la
diferencia, en este caso concreto,
entre comprender y tratar adecuadamente sus características específicas o no
hacerlo es determinante para su futura autonomía personal, profesional y
familiar.
El diagnóstico
del S.A requiere un examen neurológico , una evaluación psicológica y/
neuropsicológica, según la edad.
3.- Características
El hecho de que
en la mayoría de los casos su inteligencia sea normal o superior hace que durante mucho tiempo puedan pasar
desapercibidos y que incluso sus rarezas puedan animar a padres y maestros a
considerarlo un niño demasiado listo. También esta inteligencia contribuye a
que ellos mismos desde pequeños sean conscientes de sus diferencias con los compañeros
y esto puede, desde edades muy tempranas, generarles altos niveles de ansiedad
y depresión que en muchos casos impiden la buena utilización de sus
capacidades. En la actualidad un gran número de niños y más aun de adultos que
padecen este síndrome carecen de un diagnóstico adecuado y la existencia de
trastornos psiquiátricos asociados en la edad adulta es frecuente.
Su capacidad
intelectual, el interés y conocimiento que muestran sobre algunos temas, su
facilidad para los aprendizajes y la fluidez de su lenguaje pueden hacernos
olvidar que nos encontramos frente a un alumno que necesita de nuestra ayuda.
Aunque todas las
personas que lo padecen tienen unas características comunes, la cantidad de
síntomas y la expresión de los mismos pueden ser diferentes.
El objetivo de
este escrito es explicar alguna de las
características que con mayor frecuencia presentan los alumnos con
Síndrome de Asperger y ofrecer estrategias que puedan facilitar la comprensión
y manejo de las mismas.
Describir “dificultades”
no excluye en absoluto las muchas capacidades y recursos con los que estos
niños cuentan y van a facilitar el aprovechamiento de la intervención
terapéutica
Los niños con
Síndrome de Asperger pueden
presentar alguna de estas características pero no todas estas características están presentes en cada niño.
La mayoría de
niños con S.A son cariñosos,
inteligentes y sensibles, pero hemos de
conocer en cada caso, los aspectos que pueden limitar su capacidad y la
forma de expresión
de sus sentimientos.
Generalmente reaccionan bien al tratamiento y
pueden alcanzar una vida
personal y profesional autónomas ,aunque socialmente persistan algunas
características singulares.
Los padres son,
sin lugar a dudas, los que mejor conocen a su hijo. La gran variabilidad en la expresión de los síntomas y en las
características de estos niños hace que la información de los padres sea
imprescindible para atender adecuadamente a este alumno en concreto. Es muy
importante recoger información sobre las capacidades del niño pues es a través
de ellas como podremos atender con mayor eficacia sus dificultades.
- Solicitar de los padres información sobre:
-
las
capacidades de su hijo
-
sus mayores
dificultades
-
sus
preferencias de juego, alimentación, actividades, recompensas
-
sus rutinas
-
sus
intereses específicos
-
lo que más
le puede motivar para hacer o dejar de hacer algo
-
maniobras
para calmarlo en situación de estrés o rabietas
-
aspectos
para él insoportables: ruidos, gritos, que le toquen etc..
-
situaciones
relajantes para él: música, leer, pintar etc...
Se deben tener frecuentes entrevistas con los
padres para valorar los cambios y hacer un trabajo conjunto.
3.1 - Características físicas.
- Apariencia física normal.
- Generalmente retraso en las adquisiciones motrices y de la marcha autónoma.
- Motrizmente torpe. Patoso al correr y saltar. Dificultades para atrapar la pelota incluso si se le lanza a corta distancia. La manipulación fina puede estar también afectada y presenta dificultades para cortar con tijera y sujetar el lápiz. Dificultades de coordinación, problemas para seguir el ritmo y pedalear.
- Pueden aparecer movimientos anómalos especialmente en situación de nerviosismo o estrés como movimientos de ojos o manos, muecas, saltos.
- Generalmente poca fuerza en las manos. Puede costarle moldear una bola de pastelina o abrir un tapón de rosca. La presión del trazo suele ser discontinua y débil.
- En algunos casos fatigabilidad.
Sugerencias
La
intervención global es similar a la que
se llevaría a cabo con cualquier niño patoso o torpe, con problemas de
coordinación o de motricidad fina.
Respecto a los
movimientos repetitivos es necesario observar y hacer un registro de:
-
cuáles
son
-
su
frecuencia
-
situaciones
que las provocan
-
qué
reacciones provocan en sus compañeros
-
cuánto le perjudican en su actividad
No es efectivo ni recomendable intentar
suprimir los movimientos repetitivos de forma directa. Generalmente estos
movimientos aparecen en situaciones de ansiedad o de aburrimiento por lo que es
aconsejable detectar, si es posible, la causa e introducir un elemento de
distracción atractivo para él. Otras veces pueden aparecer en respuesta a una
situación demasiado estimulante y divertida
que no puede controlar.
Los niños con S.A
no acostumbran a tener muchas estereotipias, pero si las hay, es importante
tener en cuenta cuanto le perjudican social y académicamente para tomar la
decisión de intentar espaciarlas o iniciar estrategias que puedan erradicarlas.
Es posible que cuando desaparezca un movimiento repetitivo sea sustituido por
otro al que habrá que dar el mismo tratamiento. Tenemos que valorar como
positivo la flexibilidad y capacidad del niño para esta sustitución.
Es recomendable
llevar un registro de los movimientos repetitivos, en el caso de que sean
frecuentes, para observar los posible cambios y confrontarlo con los padres por
si en casa aparecen o no en condiciones similares. Se puede comentar ellos estrategias para suprimirlos, si se
considera necesario, teniendo en cuenta que en algunos momentos el movimiento
repetitivo le ayuda a calmar su ansiedad y necesita hacerlos.
Respecto a la
fatigabilidad, según ellos mismos refieren, es debida, al menos en parte, a
la exposición simultanea a varios estímulos frecuentemente desproporcionados para ellos. También refieren
como agotador el estar inmerso durante muchas horas al día en una situación de relación social, al menos
potencial, sin posibilidad de aislarse
para recuperar fuerzas. Si se observa
ansiedad o cansancio exagerado, es recomendable respetar unos momentos de
aislamiento o dar la posibilidad de estar a solas con el profesor, para evitar
que el acúmulo de este malestar interno pueda desembocar en una conducta
disruptiva.
Estos alumnos
acostumbran a tener dificultades en el equilibrio y la propiocepción que unidos
a sus dificultades de coordinación y posible rechazo al contacto físico pueden
convertir la gimnasia y el deporte en
situaciones especialmente estresantes para ellos.
Para no causarles
frustración en una situación que de antemano sabemos que les será difícil,
debemos valorar el nivel de exigencia en estas clases o intentar que las
realicen en grupos pequeños. Cuando sea el momento aconsejarles deportes
individuales
3.2.- Perfil cognitivo
- Coeficiente Intelectual, medido con las escalas de Wechsler, normal o superior y en pocos casos inferior.
- Coeficiente Intelectual Verbal, generalmente superior al manipulativo, especialmente en los niños con coeficiente intelectual global inferior a 85.
·
Dificultades
en la percepción global a favor de la percepción de los detalles.
Dificultades para sintetizar el contenido relevante de un discurso o una imagen
de los que fácilmente extrae los detalles más insignificantes. Tendencia a la repetición literal. Al
pedirle que te explique una película tiende a repetir exactamente las palabras
originales. Al preguntarle por cómo ha ido el día en el colegio o la
celebración de su cumpleaños, tiende a escenificar y repetir literalmente
las frases de los adultos imitando incluso el tono y las inflexiones de la
voz. Le es más fácil memorizar que extraer el significado que exige la
interpretación del contexto concreto, del lenguaje no verbal y de las sensaciones y emociones presentes en aquel momento.
- Memoria muy desarrollada. Tanto la memoria mecánica como la fotográfica les permite retener con facilidad todo lo que leen, el diálogo completo de una película o la explicación dada en la clase aun sin comprender muchas veces el significado. También memorizan matriculas de coches, números de teléfono y fechas de nacimiento de familiares. Recuerdan recorridos complejos que han hecho una sola vez.
- Pensamiento visual, cuando a una persona se le pide que explique el pensamiento que está teniendo en ese momento, generalmente incluye en su relato sensaciones, sentimientos etc. Las personas con S.A relatan sus pensamientos en forma de imágenes.
- Funciones ejecutivas disminuidas. Dificultades para la planificación, organización, atención y control de la desinhibición. Tendencia a la perseveración.
- Dificultades para generalizar sus aprendizajes a otras situaciones.
- Reconocimiento precoz del léxico y/o hiperlexia con escasa comprensión del guión. En algunos casos dificultades para el aprendizaje de la lecto escritura.
- Dificultades en aritmética. Reconocimiento precoz de los números y aprendizaje adecuado de operaciones básicas sencillas con apoyo visual, pero dificultades cuando intervienen conceptos abstractos.
- Falta de motivación para lo que no le interesa.
- Proceso de aprendizaje simultáneo menos desarrollado que el secuencial.
- Dificultades en la integración viso motriz y en la percepción viso espacial.
- Movidos y frecuentemente inatentos, algunos cumplen los criterios de Trastorno de atención con o sin hiperactividad. Hay que tener en cuenta que cualquier ruido inesperado o un cambio en la rutina de la clase les generan ansiedad y se distraen fácilmente. Dificultades para la atención selectiva excepto si se trata de temas de su interés. La incomprensión de lo que está pasando o una situación desconocida para él también favorecen su inatención. También es posible una aparente inatención por no estar mirando a la maestra pero en cambio sí estar escuchando su explicación.
·
Dificultades para la abstracción. Conceptos como mañana, la semana próxima,
el deseo, la intención o los conceptos de adición (+) o sustracción (-) son
problemáticos para él.
- Baja tolerancia a la frustración, mala aceptación de sus fracasos y de las críticas. Tienden al perfeccionismo.
- Dificultad par resolver todo tipo de problemas, incluso problemas prácticos de la vida cotidiana y utilización de estrategias peculiares para encontrar la solución.
- Resistencia a adquirir autonomía, su diferente percepción de los acontecimientos que les rodean les da inseguridad. Esta actitud favorece en ocasiones la sobreprotección de sus padres y maestros y se prolonga la dependencia del adulto más de lo que correspondería por su edad.
Sugerencias
Ante todo, tener en cuenta que ni su
capacidad intelectual ni sus habilidades y conocimientos excepcionales implican
la comprensión de aspectos sencillos y cotidianos ni de frases que contengan
palabras ambiguas que le llevarán a una interpretación errónea del sentido
global de la explicación.
Es aconsejable
reservar un pequeño espacio de tiempo para asegurarse que ha comprendido las instrucciones
o las tareas de la clase que le han sido encomendadas.
Cuando a un niño
pequeño con S.A se le explica un cuento o ve una película y a continuación pretendemos que él refiera lo que ha
entendido, nos podemos llevar la sorpresa de que repita literalmente todo lo
que ha escuchado pero no sea capaz de
explicar el mismo contenido con otras palabras. Ante esto debemos hacer preguntas cortas, fáciles y concretas y
rechazar respuestas literales. Tenemos que ayudarle a descubrir los aspectos
nucleares de la situación, incluidos sentimientos y emociones, para
diferenciarlos de los secundarios. Es muy importante, conseguir que dé sentido
a la globalidad de la historia no deteniéndose exclusivamente en los detalles
no relevantes.
Su capacidad para
recordar le sirve muchas veces para
suplir otras dificultades. Tienen una excelente memoria fotográfica y fácilmente aprenderá los números,
direcciones, nombres de plantas, páginas enteras de libros etc... pero tendrá dificultad para otorgarle sentido a lo que ha memorizado. Aprovechar su memoria pero ayudarle a
interpretar lo que ha memorizado.
Respecto al
déficit de atención con o sin hiperactividad, hay que actuar con pautas
similares a las utilizadas con otros niños que únicamente presentan este problema:
darle las tareas fraccionadas y no todas a la vez, animarle frecuentemente con
gestos o señales, no imponerle tiempos de trabajo demasiado largos y situarlo
cerca de la maestra. Si persiste esta
conducta, es recomendable consultar con su neuropediatra, especialmente si interfiere en sus aprendizajes y en su
socialización.
Como estos niños
tienen tendencia a mirar poco a los ojos, también es posible que aparenten
estar dispersos y en cambio escuchan adecuadamente la explicación. Por esta
razón es recomendable dirigirle de vez en cuando alguna pregunta directa para
comprobar si está escuchando.
Las funciones
ejecutivas incluyen una amplia gama de habilidades referidas a la
planificación, organización, elección de objetivos, flexibilidad, autorregulación,
inhibición y mantenimiento del encuadre. Necesitará
ayuda para organizar y planificar su vida cotidiana así como para dar un
objetivo a sus conocimientos y aprendizajes Acumula cosas que debe hacer
pero no establece prioridades, no las ordena adecuadamente, no es consciente de
lo que representa
la obligación de
hacer algo en un momento concreto. Acumula conocimientos sobre sus temas de
interés pero tiene dificultad para
aplicarlos. Generalmente predomina su pasión por aprender sobre el objetivo por
el cual aprender es importante.
Frecuentemente
pasa de un tema a otro y en una explicación cambia fácilmente el encuadre de la
acción. Sus pensamientos también están desordenados. Utilizar lápiz y papel para ayudarle a resituar y poner en orden su
relato.
Buscar
estrategias que le recuerden los libros que se ha de llevar y los que debe
devolver al día siguiente. Asegurar que los padres estén al corriente de los
deberes, exámenes, salidas etc..anotándolo en la agenda escolar incluso a la
edad que el resto de la clase ya no la utiliza y aprovechar su rigidez
(rutinas) para que no deje de mirarla ningún día.
Ayudarle a
organizar su tiempo libre y sus actividades. Teniendo capacidad y memoria para
llevar a cabo todas las acciones requeridas, el caos organizativo puede
llevarle fácilmente al fracaso. Es capaz de memorizar fotográficamente un libro
entero, de repetir de forma mecánica un discurso o una película, de recordar
cosas de cuando era muy pequeño pero tiene mucha dificultad para recordar un
recado o una obligación para el día siguiente. Es conveniente darle el máximo numero de recordatorios escritos
posible. Ejemplos de estrategias que le van a ser útiles son: las listas, los
gráficos, las agendas, un planning que
contenga las actividades escolares y otro para cuando salga de la escuela.
Es útil elaborar semanalmente un registro para la escuela y otra para casa. Esto permite que él tenga controladas las actividades y su duración. De esta manera cada semana se le pueden anticipar los acontecimientos que se salen de la rutina (cumpleaños de un niño, la fiesta de carnaval, la salida extraescolar etc...) y se le ayuda ubicar las actividades en el tiempo (mañana, la semana que viene).
Es frecuente que
se resistan a aceptar el cambio de una actividad que les gusta a otra que es la
que deben hacer en ese momento. Si el
cambio es impuesto el resultado será seguramente negativo, si el cambio es
explicado lo llevaran a cabo con mayor facilidad. Explicar en qué
consistirá la próxima actividad, enseñarles su “Horario” para que vean que se
ha acabado el tiempo, o el reloj si les hemos dicho que la actividad durará 10
minutos etc... Aunque generalizar a distintas situaciones las mismas normas es
una de sus dificultades, conforme van asumiendo las diferentes explicaciones en
situaciones varias, su actitud se vuelve más flexible y llevan a cabo los
cambios con mayor facilidad. Aprovechar cualquier explicación para extrapolarla
a otras situaciones. Pensar que las actividades que
conocen y les
gustan no les producen ansiedad, al contrario de las nuevas. Una actividad que
sabemos que les gusta puede utilizarse para calmarlos en momentos de stress.
Es común en niños
con S.A el reconocimiento precoz de letras y el aprendizaje espontáneo de la
lectura que puede llegar a convertirse en una obsesión. No es recomendable animarle a que vaya leyendo todo lo que ve, sí lo
es, en cambio, ir introduciendo sentido a lo que lee. En estos niños, su pasión
por la lectura puede utilizarse en momentos de ansiedad como elemento tranquilizador. Algunos
niños con S.A tendrán dificultades en el deletreo y a pesar del reconocimiento precoz del léxico la
adquisición de la lectura será
posiblemente retrasada.
Para aumentar su motivación debemos animarle en
sus éxitos y si es preciso utilizar recompensas relacionadas con sus intereses
específicos. Los niños
con S.A pueden pasar de motivación nula
en temas nuevos o que exigen interpretación de sentimientos y emociones o que
simplemente no le interesan, a tener una motivación obsesiva por sus temas
preferidos. Permitirle hablar de ellos puede modificar su actitud. A través de
los padres, conocer situaciones y actitudes que puedan favorecer su motivación.
Siempre que sea
necesario, desglosar un concepto global
en pequeñas secuencias para favorecer
su comprensión. Los procesos de aprendizaje simultáneo presentan mayor
dificultad para él.
Materializar con apoyo visual los conceptos
abstractos: el tiempo con
relojes, horarios etc.; las operaciones matemáticas con pequeñas cantidades y
objetos; las emociones con una historia etc.
Tener en cuenta
sus posibles dificultades viso
constructivas, viso perceptivas y
especialmente viso espaciales que deben manejarse de la forma habitual.
Favorecer su autonomía con responsabilidades adecuadas a su
edad, trasmitirle confianza y valorar sus logros.
Tener en cuenta
su baja tolerancia a la frustración. Los
niños con S.A tienden al perfeccionismo y a la vez frecuentemente cometen
errores. Dificultades en la comprensión del entorno que les llevan a conductas
no adecuadas, sentirse diferente etc..genera en estos alumnos una sensación de
fracaso que toleran muy mal. Generalmente son autosuficientes, no preguntan a
pesar de no entender y no piden ayuda aunque se encuentren ante una necesidad.
Pueden no distinguir entre una conducta correcta y otra que no lo es si no se
le explica de forma explícita. Se sienten mal cuando se les corrige y no
entienden el porqué. Cualquiera de estas situaciones les genera ansiedad que
puede desencadenar un aumento de movimientos repetitivos, dispersión o una
rabieta.
Cuando recordamos evocamos una imagen acompañada de sensaciones y sentimientos. Las personas con S.A tienen un
pensamiento esencialmente visual exento de atributos complementarios. Precisan ayuda para incluir sentimientos, sensaciones
y emociones a sus recuerdos o relatos.
3.3.- Características que condicionan su relación
social.
- Escaso contacto visual. Cuando hablan suelen no dirigir la cabeza hacia el interlocutor y espontáneamente no acostumbran a mirar a los ojos o lo hacen de forma mecánica (poco interactiva) cuando se le exige. La escasa respuesta cuando se les llama o el adulto les dirige la palabra puede hacer sospechar un déficit auditivo.
- Poco respeto del espacio interpersonal. Pueden “tirarse” encima del interlocutor o dirigirse a muy corta distancia o tocar a la persona cuando le habla.
·
Rigidez en el cumplimiento de normas explícitas y
dificultades para comprender y utilizar normas sociales implícitas. Siguen rígidamente las normas explicitas
y exigen que sean cumplidas por los demás: no permiten que se aparque si existe
una señal que lo prohíba o no cruzará
,ni permitirá cruzar, con el semáforo rojo.
En cambio, pueden delatar al compañero
que ha infringido una norma, sin culpabilidad alguna, desinhibidos, acostumbran
a decir lo que piensan aunque socialmente no sea correcto o hay que explicarles repetidamente las
razones por las que cuando alguien está hablando no se puede interrumpir,
- Dificultad para el reconocimiento de caras y en el reconocimiento de las expresiones faciales. Esta dificultad puede pasar fácilmente desapercibida porque los niños o adultos suelen utilizar estrategias compensatorias como por ejemplo fijarse en el peinado, en las gafas o en alguna marca específica, pero si estas cambian dejaran de saludar por no reconocerlo. Generalmente reconocen expresiones básicas faciales de risa, llanto, alegría o tristeza pero el dolor, la preocupación, la sorpresa etc. son difíciles de identificar si no utilizan la información verbal complementaria.
- Falta de empatía. Dificultades para interpretar el estado de ánimo o intenciones de compañeros, maestros, familiares y personas que le rodean. No diferencian un empujón por rabia o enfado de otro causado involuntariamente mientras se corre detrás de una pelota. Para ellos ambos son una agresión. Pueden definir “un amigo” como el niño que se sienta a su lado, sin apreciar las características personales que le diferenciarían del que no lo es. Difícilmente hablan de sentimientos, pensamientos o intenciones propios o ajenos ni pueden considerar las causas que los producen o cómo podrían cambiar o ser eliminados. El niño con S.A tiene sentimientos y puede ser afectuoso pero la forma como los expresa o interpreta son diferentes.
- Dificultades para mentir y/o comprender un engaño. Comprobar que un compañero refiere algo que no ha sucedido le genera ansiedad al igual que no cumplir lo que previamente se le ha anunciado. Aprende que decir mentiras no es correcto pero es incapaz de comprender la “mentira piadosa”. No comprende los juegos de cambio de rol: hoy yo soy el niño y tú el papá
- Dificultades para hacer o interpretar bromas, chistes y dobles sentidos. Es frecuente que debido a su incomprensión se convierta en víctima fácil de engaños, bromas y burlas de los demás compañeros.
- Poca o nula capacidad para anticipar acontecimientos. Al no anticipar lo que puede suceder todo es nuevo, no previsto y frecuentemente fuente de conflicto.
- Intereses restringidos. Generalmente acumulan información de forma exagerada sobre temas específicos como dinosaurios, trenes, horarios, números, astronomía, informática, programas especiales de TV etc. en los que consiguen ser expertos pero limitan su curiosidad sobre otros aspectos. Su extraordinaria memoria mecánica y fotográfica que les permite acumular información incluso sin comprender, a veces. el sentido de la misma..
·
Rigidez y poca flexibilidad en sus creencias sobre lo que está bien y
lo que está mal y en la aceptación de los cambios de rutinas. Su rigidez dificulta que aprendan de sus errores pero
también favorece que una vez hayan aprendido algo siempre lo hagan
correctamente.
- Rabietas como respuesta a su ansiedad, a su rigidez o a la incomprensión de la situación.
- Tendencia a monopolizar el tema de conversación focalizándolo en su interés específico sin establecer un diálogo con el otro, no escuchar sus argumentos ni sospechar que pueden estar aburriendo a su interlocutor.
- Tendencia a un aspecto externo descuidado. Frecuentemente insisten en no cambiarse de ropa, pueden tener pocos hábitos de higiene o incluso pueden escoger vestimentas peculiares.
- Ansiedad, que puede aparecer rápida e inesperadamente debida a cualquier incomprensión de una situación, a un sobresalto por un ruido o ante una negativa a complacer un deseo que obsesivamente reclama.
- Deseo de tener amigos pero incapacidad para modificar, sin ayuda, las características y actitudes que le impiden conseguirlo.
Sugerencias
Es preciso enseñar al niño con S.A las normas básicas de relación: mirar a los
ojos del interlocutor cuando escucha o responde, no invadir el espacio
interpersonal, no interrumpir, respetar los intereses de los demás y también a
ser flexible. Todas ellas deberán explicarse y ejercitarse hasta que pueda
incluirlas en su repertorio aun sin comprender, en algunos casos, las razones. Los juegos de cambio de rol son
recomendables para lograr estos objetivos.
Bromas, chistes,
engaños o dobles sentidos deben ser explicados y analizados con él para que
aprenda a identificarlos y no caer en la interpretación literal. Desde la escuela hay que estar alerta a que
esta característica no convierta al niño en blanco de bromas o burlas y si es
preciso, de acuerdo con sus padres y con él mismo, hablarlo con los compañeros
ya que su colaboración puede serle de gran ayuda. Ante la duda de quién dice la verdad, apostar siempre por el niño con
S.A.
Permitirle hablar de sus intereses limitándole el tiempo de exposición y
alentando a los compañeros a que también hablen de los suyos. Utilizar sus
intereses para introducir nuevos conocimientos. Sus centros de interés
acostumbran a carecer de sentimientos: trenes, horarios, astronomía,
ordenadores, idiomas, dinosaurios,
etc... Cuando se hable de un
cuento, de una historia o de una película poner especial atención en la
introducción de sensaciones, sentimientos y las reacciones que estos provocan.
El niño con S.A no es capaz de identificarlos por sí solo. Difícilmente
identificará por su expresión facial o
corporal al bueno, malo, pillo, cansado, triste o enfadado ni los estados
emocionales que subyacen a cada una de estas expresiones. Sus libros preferidos
son informativos, guías de viajes, libros técnicos ,etc.
Su poca capacidad
para anticipar y su rigidez dificultan la aceptación de situaciones nuevas.
Una vez establecidas las rutinas de la clase
y del horario, anticipar todas las actividades extraordinarias con el máximo
detalle posible.
Advertirle si en un momento dado se cambia la
ubicación de los materiales de clase o el orden en que se han de efectuar las
tareas. Cualquier
explicación es más eficaz si se hace con apoyo visual.
Observar sus
Rabietas, intentar saber la causa y tener siempre estrategias para controlarlas
y evitar que la tendencia a la perseveración las eternicen.
Analizar las reacciones disruptivas del niño antes
de llamarle la atención.
Es posible que emborronar la libreta o dar un grito sea debido a una situación
insoportable para él, como no comprender lo que está pasando. Si se le riñe, su
incomprensión aumenta y empeorará su estado de ánimo. Seguramente la disrupción no volverá a repetirse en las mismas
circunstancias, si analizamos
conjuntamente con él, las posibles causas de la disrupción y le damos
estrategias, como levantar la mano cuando vuelva a presentarse una situación
similar. Es recomendable aprovechar el momento para describir otras
situaciones que puedan generar la misma reacción y recomendar la utilización de
estrategias adecuadas.
Potenciar y evidenciar sus capacidades para
que, a pesar de sus dificultades, pueda sentirse bien en el grupo.
3.4- Características del lenguaje.
- Primeras palabras pueden aparecer con un ligero retraso, pero su vocabulario aumenta con mucha rapidez. Aunque algunas conductas puedan ser similares a las de los niños autistas, la rápida evolución del lenguaje en los niños con S.A nos permite establecer la diferencia. Comprende bien el significado de las palabras pero pueden haber dificultades de comprensión de las frases.
- Abrumador en su discurso si se tratan temas de su interés. No tiene medida.
- Vocabulario singular. Suelen utilizar palabras sofisticadas que generalmente no corresponden a su edad.
- Melodía inadecuada. No utilizan inflexiones de voz. Su tono de voz oscila entre muy alto o muy bajo.
- Tendencia a la interpretación literal.“Estoy roto o muerto de cansancio” puede ser para él una fuente de ansiedad por interpretar la muerte o la rotura de forma literal. “Vuelvo en 5 minutos” no puede soportar que sean 6 o 7. Si se le anuncia que va a dar un paseo y él otorga a esta actividad una duración de 20 o 25 minutos, todo lo que sobrepase este tiempo le genera estrés y además de no disfrutarlo puede provocarle una rabieta. Escasa o nula comprensión del lenguaje metafórico que repercute en dificultades de comprensión global del discurso, que también son evidentes cuando se habla de temas no cotidianos, nuevos para él o se le dan órdenes fuera de la rutina.
- Dificultad para respetar turnos de palabra y de acción.
·
Utilización inadecuada de los pronombres. Pueden referirse a ellos mismos en
tercera persona o por su nombre.
- Ecolalia. Repetición inmediata o diferida de frases o preguntas. Puede repetir anuncios e intercalarlos en la conversación incluso sin comprender su contenido.
- Escasa interpretación y utilización del lenguaje no verbal. Pocos cambios, coherentes a la situación, en su expresión facial y corporal y/o dificultades para interpretar gestos o expresiones de otras personas y otorgarles el sentido o estado de ánimo que representan. Estas características pueden dificultar la comprensión global de la conversación. Puede presentar expresiones faciales y/o corporales bizarras
- Frecuente utilización de neologismos y verbalización involuntaria de sus pensamientos. Pueden inventar palabras o intercalar de forma automática en su discurso la verbalización de lo que está pensando en ese instante. Puede intercalar involuntariamente sonidos en la conversación.
Sugerencias
Sus características no le permiten descubrir que interrumpir o no escuchar
es incorrecto. Tampoco puede sospechar que su discurso interminable sobre un
tema por Ej. máquinas de tren puede
aburrir al otro. Hay que enseñar al
niño con S.A las técnicas de la conversación, el respeto a los turnos de
palabra y animarle a que él inicie
conversaciones. Excluyendo hablar sobre su tema preferido, raramente
será él el que inicie un diálogo.
Hacer ejercicios de respuesta
inmediata, ya que tienden a no responder o a hacerlo al cabo de mucho rato.
Ordenar sus explicaciones. Es posible que cualquier explicación
sobre lo que ha hecho, a qué ha jugado o en qué consistía ese juego sea tan
desordenada que no sea comprensible para el interlocutor. Es útil acostumbrarles a explicar con un lápiz y un papel delante para
que el apoyo visual les facilite el orden y las correcciones del interlocutor
sean más visibles para él.
Utilizar libros, vídeos o
juegos de rol para ayudarle a identificar la ironía, la metáfora o las frases
hechas. Para interpretar
una frase es importante que el niño con S.A se fije en la expresión facial,
lenguaje corporal y en el ritmo y tono de la conversación. Una misma frase
dependiendo del contexto, de la expresión facial o corporal y del tono de voz
tiene una significación diferente. Su tono de voz espontáneo acostumbra a ser
uniforme pero es capaz de imitar las
distintas tonalidades que utilizan las demás personas y esto le puede ayudar a
ubicar en el contexto adecuado lo que
se está diciendo (riña, broma, metáfora etc...)
Trabajar con la interpretación de frases como “Me
muero de sueño”, “Te comería a besos” y tantas otras similares les ayudará a
identificarlas y a controlar su reacción para que no se burlen de ellos.
No podemos pretender abolir la rigidez pero sí introducir el máximo de
flexibilidad posible que les permita compartir la vida cotidiana y la
conversación con sus compañeros.
Trabajar la entonación de voz recitando o al participar en alguna representación de teatro.
Si se observan neologismos, expresión de pensamientos involuntarios o mala
utilización de los pronombres es preciso comentarlo y analizarlo con ellos para
su control y corrección.
En la mayoría de
niños con S.A la ecolalia aparece en
momentos de estrés, en los espacios
de tiempo no estructurados, cuando están sobrecargados de estímulos
externos que no pueden controlar o en momentos de dificultad de procesamiento
del lenguaje. Ayudará a eliminarla: la
localización de la fuente de estrés,
organizarle el tiempo libre, controlar los estímulos externos (exceso de
luz o ruido o personas), simplificar el lenguaje, eliminar las preguntas y en
su lugar utilizar afirmaciones y modelarle la respuesta.
3.5- Características
sensoriales
- Sensibilidad auditiva: poca o nula tolerancia a ruidos inesperados (un portazo, un estornudo, el ladrido de un perro) o a ruidos sostenidos (turmix, secador de pelo) o sonidos complejos o múltiples (centro comercial, niños que gritan en clase, situación social ruidosa). Todos ellos son fuentes de ansiedad para el niño que puede reaccionar desconectándose distrayéndose con otra cosa (dibujando) o tapándose los oídos con las manos, o con un cambio brusco de humor, una rabieta o la necesidad de protegerse abrazándose a un adulto. Pueden tener una agudeza auditiva extraordinaria que les permite detectar, por ejemplo, la llegada del tren mucho antes de que el ruido sea percibido por otras personas. Es posible que el grado de sensibilidad auditiva varíe frente a un mismo sonido que un día sea percibido como insoportable y otro como molesto pero tolerable.
- Sensibilidad táctil: rechazo a tocar o que le toquen ciertas partes del cuerpo (cabeza, brazos), a dar o que le den un beso o un abrazo, a aceptar ciertas texturas de su vestimenta, a caminar descalzo o tocar la arena de la playa, a tocar pastelina. También puede haber alteraciones en la intensidad del tacto.
- Sensibilidad olfativa: resistencia a la aceptación de cambios de perfume o del olor de los detergentes caseros.
- Sensibilidad gustativa: dificultades para introducir alimentos con nuevos gustos y/o textura.
- Sensibilidad al dolor: generalmente escasa respuesta al dolor que puede impedir la identificación de acciones arriesgadas o peligrosas o enmascarar algunas enfermedades, por Ej., dolor de garganta, de oídos. Algunas veces puede reaccionar exageradamente después de un golpe insignificante.
- Sensibilidad visual: excesiva sensibilidad a determinados niveles de luz o de color. Posible distorsión de la percepción visual.
Sugerencias
Observar si el niño tiene reacciones inesperadas especialmente en
situaciones en las que los estímulos sensoriales pueden ser más intensos o ser
más específicos. Por Ej. la fiesta de fin
de curso, la celebración de un cumpleaños en la clase o la llegada de Papa
Noel. Siempre que sea posible,
anticiparle que habrá ruido, bullicio, seguramente desorden, enseñarle una foto
o dibujo de Papa Noel para que no se asuste y darle la opción de retirarse si
en un momento dado la situación se convierte en insoportable para él.
Puede reaccionar con ansiedad al
olor del comedor o de la clase de dibujo si se utilizan pinturas, a la textura
de algún tipo de papel, cartulina o del barro para modelar. Lentamente se debe intentar que se
familiarice y los acepte pero seguramente fracasará en alguno de ellos que
tendremos que suprimir, si es posible, o darle al alumno una opción
sustitutiva.
Vigilar su escasa respuesta al dolor por si un golpe o caída le produce
alguna lesión importante de la que él no se queje.
Generalmente es
selectivo en la comida. Algunos
niños rechazan la textura o el gusto de algunos alimentos o incluso se resisten
al color. Por Ej. puede no comer nada que sea de color blanco o verde. Hay que
intentar modificar el color , especialmente si se trata de alimentos básicos,
por Ej. añadiendo cacao a la leche o salsa de tomate a la verdura etc. Es aconsejable que su repertorio de
alimentos sea lo suficientemente amplio para no limitarle su vida social
(invitaciones a comer a casa de un amigo, excursión, salida al restaurante
etc..) pero seguramente habrá que renunciar a que coma de todo.
3.6- Características
del juego
- Preferencia por el juego solitario, muchas veces repetitivo. Siempre que juegue con piezas hará el mismo tipo de construcción. Cuando juegue con animales tenderá a hacer la misma secuencia o las mismas actividades.
- Dificultades para aceptar el juego impuesto por los adultos, generalmente insiste en escoger él la actividad y es poco flexible ante las sugerencias externas.
- Dificultades para participar en juegos de equipo, dificultad para comprender las normas no escritas y los objetivos del juego. Por Ej. Fútbol. Puede ser incomprensible para él el hecho de que haya 2 grupos que juegan unos contra otros, que él únicamente debe pasar la pelota a los de su equipo aunque en el otro haya compañeros suyos.
- Capacidad para jugar o compartir con compañeros siempre que se cumpla su voluntad o sus reglas de juego. Incapacidad para unirse a un grupo de juego
liderado
por otros pero admite compartir cuando es él el que impone el tipo de juego
y sus reglas. Dificultad en respetar
los turnos de juego. Dificultades para negociar.
·
Dificultades para el juego simbólico. Su incapacidad para atribuir pensamientos,
sentimientos, deseos e intenciones a otras personas influye en las
características de su juego predominantemente concreto y poco creativo. Al
observar su juego solitario aparentemente simbólico descubriremos que
frecuentemente es la repetición literal de lo que alguien ha dicho o la
repetición idéntica de una escena de una película. Es un juego predominante
imaginativo que le permite disfrutar de un mundo comprensible para él en el que
abundan los dinosaurios, Pokemon, elfos y
personajes fantásticos, divididos entre buenos y malos y con pocas o nulas
relaciones afectivas entre ellos. Un cuento clásico o una película romántica
son inmensamente aburridos para un niño con S.A. Muy hábiles en juegos informáticos
- Dificultades para organizarse en espacios de tiempo no estructurados, por ejemplo la hora del recreo, el tiempo libre etc.
Sugerencias
El alumno con S.A desea y precisa un tiempo de juego solitario pero esto no excluye la necesidad de introducirlo
en los juegos de grupo especialmente en
aquellos que él mejor acepta y realiza con mayor soltura. Las estrategias para ampliar su gama de juegos individuales o su
participación en los juegos comunes pasan siempre por la explicación con apoyo
visual de la novedad que deseamos
introducir, las reglas y los objetivos del juego.
Sus dificultades para anticipar, para “leer” las intenciones del otro, para
observar el lenguaje corporal y contextualizar las actitudes favorecen el
rechazo que los niños con S.A muestran frecuentemente frente a un juego de
grupo. Algunas experiencias muestran la
utilidad de contar con algún compañero de clase para actuar como “tutor” del
alumno con S.A en los juegos de grupo o en su incorporación en las actividades
que los niños llevan a cabo durante
las horas libres. La elección del “tutor” siempre debe contar con la
aceptación por ambas partes.
Como norma general hay que
ampliar su gama de preferencias, inducirle a que participe en los juegos de
grupo teniendo en cuenta sus dificultades y respetar en algunos momentos sus
deseos de soledad.
4.- Las niñas con Síndrome de Asperger.
Las niñas con
Síndrome de Asperger tienen características similares a las de los niños pero
con expresión más suave. Son más propensas a hablar y menos a tener conductas
disruptivas y agresivas como respuesta a emociones negativas o a la confusión.
Son más pasivas , rechazan menos a sus compañeros y se dejan “cuidar” por
ellos. Parece que las niñas aprenden con mayor facilidad por imitación conductas
sociales, tono de voz y lenguaje
corporal. Tienen tendencia a teatralizar. Son más propensas a crear “amigos
imaginarios” y utilizan a las muñecas como sustitutivos de los amigos reales
más allá de la edad en la que esta actividad
se considera normal. Tienen intereses específicos pero en general menos
llamativos que los de los niños . Se apasionan con los animales, les gustan las poesías, almacenan
información sobre ídolos del cine o de la música etc.. Conforme adquieren
autonomía cuidan poco su aspecto externo y prefieren mantenerse niñas sintiendo
cierto rechazo a los cambios de la pubertad.
En general la
expresión de los síntomas es menos
espectacular que en los niños por lo que la consulta a un profesional se
retrasa y su diagnóstico es más difícil. Por esta razón no se
puede establecer
aún de forma definitiva una la proporción varones – mujeres con S.A que sea fiable.
-----------------------------------------------
La mejor manera
de poder ayudar a los alumnos con S.A
es conocer sus capacidades y dificultades, descubrir sus recursos y utilizar
estrategias que sean comprensibles y atractivas para ellos.
Es aconsejable
establecer prioridades en los aspectos a mejorar o modificar. Hay que tener en cuenta sus dificultades de
generalización y de visión global de la situación y actuar sobre un aspecto
después de otro.
En algunos casos
y siempre de acuerdo con él y con sus padres es aconsejable, escogiendo el
momento adecuado, comentar con sus compañeros las razones por las que sus
reacciones pueden ser extrañas o de difícil comprensión. Valorar lo que se dice
y con qué objetivo se da esta información. No permitir que sea objeto de burla
o de aislamiento y enseñar al grupo a
respetarle y ayudarle en sus dificultades. A cambio, el niño con S.A puede
serles de mucha utilidad por su rápida adquisición de conceptos, habilidades
específicas y por su lealtad. Como regla general hay que dar esta información
en el momento que pensemos que va a beneficiar al niño.
Con la edad algunos síntomas
aparecidos precozmente desaparecen pero aparecen otros nuevos.
La situación escolar obviamente no
permite incidir sobre todos los aspectos ni la utilización de estas estrategias
de forma continuada, pero su conocimiento puede ayudar a conocerle mejor y en
momentos puntuales llevar a cabo una intervención adecuada frente a
situaciones que frecuentemente son
difíciles de comprender tanto para el maestro como para los compañeros.
Es imprescindible estar en
contacto frecuente con el psicólogo/a que atiende al niño para intercambiar
información y planificar un abordaje coordinado entre la familia, la escuela y
el terapeuta.
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